"LOS GRANDES PROFESORES SIEMBRE HAN ENTENDIDO QUE SU VERDADERO PAPEL NO ES ENSEÑAR ASIGNATURAS, SINO INSTRUIR A LOS ALUMNOS. LA TUTELA Y EL ENTRENAMIENTO SON EL PULSO VITAL DE UN SISTEMA EDUCATIVO VIVO."

KEN ROBINSON

viernes, 11 de abril de 2014

¿Cómo educar a una generación sin futuro?



Esta reflexión la tome de el blog de Salvaroj fue Publicado por Salvador Rodríguez Ojaos y al leerlo senti que estaban hablando de mis alumnos y  no se si de los de tu escuela.

Debería ser obligatorio empezar así las clases cada día:
“Buenos días, ¿os ha sucedido algo interesante? ¿tenéis interés por hablar sobre algún asunto en particular?”
Es incuestionable que a partir de ahí, de los intereses reales de los alumnos, es como puede construirse mejor una sesión de aprendizaje, o bien, como puede crearse el clima de motivación adecuado para iniciar la labor docente.
El problema surge cuando los alumnos están tan desorientados, tan “perdidos” que no son capaces de encontrar motivación por nada. Los jóvenes de hoy tienen la sensación de haber llegado a un Point of No Return, y si el futuro no existe, su única preocupación es vivir el momento sin interés por nada que no sea inmediato.
En los tiempos que corren, una de las funciones esenciales de la docencia es recuperar la ilusión por el mañana de los millones de jóvenes que son incapaces de vislumbrar un objetivo de futuro, que no creen en unas instituciones que no les representan (que han acabado con su porvenir), que no encuentran ninguna razón para luchar por un mañana que es demasiado incierto.
Educar a una generación “perdida” es una dificultad más en la ya de por sí difícil tarea de educar.
Educar a la generación del “aquí y ahora” significa intentar que los jóvenes no queden al margen de la sociedad, no opten por una actitud de pasotismo o de destrucción compulsiva. Nuestra obligación como educadores es formar a estos jóvenes para que se enfrenten de forma constructiva y con espíritu crítico a un sistema que no funciona, a una realidad injusta que prioriza el beneficio de unos pocos en lugar del bien común, que facilita que la riqueza se acumule en unos pocos (poquísimos) en lugar de repartirse de una manera más equitativa y justa.
Algunos pensarán que este es un post “político”, pero yo creo que es un texto pedagógico, de justicia social, que no pretende defender ninguna ideología, sino apelar a valores humanos como la solidaridad y la justicia.
Ya lo he dicho en otras ocasiones, por mucho que se empeñen, la educación debe mantener su función de equilibrio social, de ascensor, de facilitar que no se pierda para la sociedad el talento de ninguna persona. La función de la educación no es solo alfabetizar, o preparar para el futuro laboral, educar es también dar esperanza, preparar a los alumnos para un mañana mejor.
No está dentro de las posibilidades de los docentes dotar a la juventud de un futuro mejor, pero sí que lo está el luchar cada día para que estos no caigan en el desánimo, en la desesperación, en el pasotismo absoluto y dotarles de las herramientas necesarias para que tengan espíritu crítico ante una sociedad que no funciona.

Para ello es necesario que los docentes sean cada día más profesionales, es decir, reciban un formación cualitativa y cuantitativamente mejor, y, a la vez, mantengan el entusiasmo intacto... aunque esto no sea tarea fácil en los tiempos que corren.

1 comentario:

  1. La disposición será fundamental para que la escuela de tiempo pleno sea un éxito en El Salvador.

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