EL COMPROMISO CON LA EDUCACIÓN
DEL SALVADOR
DEL SALVADOR
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Por: Ángel Barrera
Estos días, tuvimos los salvadoreños el infortunio de encontrarnos frente a una noticia que de nuevo pone en tela de juicio el sistema educativo salvadoreño. Las notas que se obtuvieron en la PAES este año (promedio de 4.85), volvieron a dejar en evidencia la problemática que aborda la educación en el país.
A muchos habrá sorprendido el resultado de este año, pero creo que la gran mayoría somos realistas y esperábamos un resultado así. Se cosecha lo que se produce, y es justamente lo que se está obteniendo en el país.
Si bien es cierto que me parece loable cubrir necesidades básicas de familias de escasos recursos, entregando uniformes y zapatos para sus hijos, esto no hace que esta política deje de ser populista y con un nulo compromiso de país.
El gobierno salvadoreño (y no empezando justamente por el de ahora), no es que haya dado menos importancia a la educación, simplemente no le ha dado importancia alguna. El nivel educativo incluso se ha degradado, se han incluido cursos más por moda que por contenido, dejando de lado otros por simple comodidad ¿Se han sentado a hablar de filosofía, historia o literatura con algún joven actualmente? Seguramente la calidad de la conversación dejará mucho que desear. No se invierte en mejorar la calidad de los profesores y se han disminuido horas clase por términos logísticos. Se han abandonado programas bien cimentados que se arrastraban de años anteriores por cuestiones que difícilmente podrían argumentarse.
Toda esta problemática, aunada a la situación actual de inseguridad que vive la nueva generación de jóvenes salvadoreños para, tan siquiera asistir a sus cursos, ha sido la levadura perfecta para fermentar una deserción cada día creciente.
¿Qué se puede hacer?
Sin duda alguna que no es una tarea fácil, una problemática que puede únicamente resolverse trazando un proyecto educativo de país.
En educación básica debe orientarse mejor la enseñanza que se proporciona. ¿Qué clase de educación esperamos dar a la población? ¿Qué utilidad buscamos para la sociedad? Desde temprana edad se puede empezar a impartir sesiones vocacionales y orientacionales a los niños, buscando perfilarlos a diferentes opciones, explicar a groso modo cómo es el mercado laboral salvadoreño, cuáles son las diferentes profesiones a las que pueden perfilarse. Haciendo esto, desde llegar a un tercer ciclo por ejemplo, podría mucho mejor separarse las secciones de las escuelas en base a una orientación específica (científica, humanística, comercial, docencia, etc.) más que por un simple orden alfabético.
Para la educación superior, se debe intentar acercar lo más posible al sector profesional con el estudiantil. Muchos estudiantes al terminar sus estudios nunca han tenido un acercamiento con el sector profesional de su experticia. ¿A qué me refiero con esto? Cada vez más deben buscarse intervenciones externas de profesionales del sector tanto público como privado, dentro de las cátedras. Concretamente, se deben repensar los temas de pasantías e interinatos, del lado de las universidades por ejemplo, amarrar una pasantía con la tesis, del lado del reclutante, pensar en esta tesis más como una investigación hecha para su institución, que como un deber de su pasante, y del lado de este, que pueda ver más su tiempo como un primer trabajo que como un requisito para graduarse.
Por último y no menos importante, los diferentes centros de enseñanza deben buscar cada vez mas lograr convenios con centros educativos en el extranjero, y sobre todo asesorar y motivar a sus estudiantes a que se embarquen en distintas misiones en el extranjero. Esto siempre será una puerta al mundo para los salvadoreños. Y del lado gubernamental, Cancillería debe promocionar en centros de todo el país las becas con las que cuenta, cuántos no hemos escuchado historias de todas las becas que anualmente se pierden.
Es cierto que se necesitan muchos recursos para mejorar la educación en El Salvador, pero también a muchos se les ha olvidado que se necesitan neuronas para lograr esta labor.
*Colaborador de MedioLleno.
Este articulo fue escrito por: Ángel Barrera
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